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UNA VIDA EJEMPLAR




NACIMIENTO:Casa natal
En Luj�n, Bs. As. Argentina el 18 de setiembre de 1854 seg�n la mayor�a de sus bi�grafos y familiares, o en Moneglia, Italia, el 19 de setiembre de 1853 como sostienen algunos investigadores en base a una partida de nacimiento mostrada por la Iglesia, pero a nombre de Juan Bautista Fiorino Jos� Ameghino. La que se cree pueda pertenecer a un hermano mayor muerto en la larga traves�a desde Italia, (dur� m�s de seis meses) ya que los familiares afirmaban que los padres de Ameghino llegaron al pa�s sin hijos... Antonio Ameghino y Mar�a Dina Armanino aparte de Florentino tuvieron tres hijos varones: Antonio Luis, Carlos y Juan y una hija, Mar�a Luisa, todos ellos nacidos en Argentina.

INFANCIA:
Los primeros a�os de Ameghino tuvieron como panorama habitual las barrancosas riveras del r�o Luj�n en la campi�a cercana a Bs. As. Un d�a paseando a las orillas del r�o, encuentra unos caracoles y se los muestra a su padre, pregunt�ndole c�mo es que estaban all�, el padre le contest� que los traer�a la corriente, Florentino no qued� conforme porque pens� que la corriente los podr�a traer, pero no incrustarlos en la barranca y all� empez� a elaborar sus propias teor�as.

UN ADOLESCENTE PREC�Z:
Los muchachos de su edad lo apodaron "El Loco de los huesos" por su costumbre de hurgar con pico y pala las cercan�as del r�o Luj�n en busca de restos f�siles. Ameghino hizo sus primeros estudios en medio de la mayor pobreza. A los 14 a�os ley� las obras de Darwin y Lyell, no s�lo le�a en castellano e italiano, su lengua materna, sino que hab�a aprendido franc�s, de la mano de su monitor de Luj�n, el Sr. Tapie y su maestro, el director de la Escuela Municipal Carlos D�Aste, lenguaje �ste que le permiti� ingresar a lo �ltimo del pensamiento cient�fico de la �poca. A los 16 a�os fue designado preceptor en la escuela municipal de Mercedes donde luego ocupa el cargo de director. A los 20 a�os encuentra los restos f�siles completos de un mastodonte. Al a�o siguiente ya publicaba dos art�culos en dos diarios locales y lograba insertar otro en el "Journal de Zoologie" revista parisina, obten�a tambi�n un premio en la primera exposici�n cient�fica de Bs. As.Casa de la calle Colón y Muñiz Y presentaba en la misma dos memorias que en ese momento no fueron tenidas en cuenta y que albergaban el g�rmen de su futura obra monumental. En 1878 viaja a Europa y all� exhibe su colecci�n prehist�rica y paleontol�gica en la Exposici�n Universal de Par�s, donde fue el asombro y la admiraci�n de los cient�ficos m�s importantes de la �poca y obtuvo el reconocimiento que en su pa�s le negaron. A los 23 a�os publicaba su primer libro: "Antig�edades indias en la Banda Oriental" . Y a los 25 tuvo una gran actuaci�n en el Congreso de americanistas en Bruselas, luego public� dos libros: "La formaci�n Pampeana" y "La Antig�edad del hombre del Plata" Ameghino a los 24 años

UN LIBRERO FAMOSO
En Europa, Ameghino vendi� su colecci�n de objetos prehist�ricos y f�siles a ciento veinte mil francos, con una parte de ese dinero pudo publicar "La antig�edad del hombre del Plata". Muchos f�siles de esa colecci�n fueron adquiridos por el famoso y acaudalado paleont�logo americano Cope. A tres a�os de su partida, regresa consagrado por la opini�n de los m�s distinguidos naturalistas, casado con una joven parisina Leontina Poirier y pobre y como si fuera poco, se encuentra que hab�a sido exonerado de su cargo de director de la escuela de Mercedes por abandono del puesto. Al cient�fico reconocido en todo el mundo, otra vez, en su pa�s ni siquiera le conservan su puesto de trabajo. El dicho dice "nadie es profeta en su tierra" a Ameghino como a muchos grandes argentinos, el reconocimiento le llega demasiado tarde, y a�n no se le rinde el homenaje que se debiera� Entonces, para no morirse de hambre, como cita Cabrera, Ameghino hubo de dedicarse al comercio: instal� en Buenos Aires, en la calle Rivadavia (*) una peque�a librer�a y papeler�a, a la que bautiz� "Librer�a del Gliptod�n" . Y en su trastienda continu� reuniendo materiales de estudio. Y "entre la venta de cuatro reales de plumas y un peso de papel" escribi� su obra "Filogenia" en 1884 donde da cuenta de su adici�n al evolucionismo y provoca un gran revuelo en el ambiente cient�fico argentino, Mitre redact� su bibliograf�a en el diario "La Naci�n" y la Universidad de C�rdoba lo llam� a ocupar la c�tedra de Zoolog�a y poco despu�s lo declar� doctor honoris causa. En 1884 se cre� el Museo de La PlataMuseo de La Plata y su director vitalicio Francisco P. Moreno pidi� al gobierno que designara a Florentino Ameghino como subdirector y secretario, y �ste aport� su colecci�n para enriquecer el departamento paleontol�gico del nuevo museo, y tambi�n su hermano Carlos toma el puesto de naturalista viajero y comienza sus viajes a la Patagonia donde realiza importantes descubrimientos. Pero esto no dur� m�s de un a�o, ciertas diferencias y celos profesionales hicieron que Moreno exonerara a su subordinado de su puesto oficial. Ameghino que hab�a abandonado su c�tedra en C�rdoba por aceptar el cargo en el Museo, queda nuevamente sin trabajo y sin dinero para sus investigaciones, otra vez tiene que recurrir a fundar una librer�a(**) donde por tercera vez volvi� a iniciar una colecci�n de f�siles, ya que Moreno le hab�a prohibido la entrada al museo y no pod�a estudiar sus propios f�siles. Es aqu� donde se destaca la labor de su hermano Carlos, el cu�l viaja a los m�s rec�nditos lugares del pa�s en las condiciones m�s deplorables a la b�squeda de nuevos ejemplares y datos estratigr�ficos para que su hermano organice y clasifique. Fue en esta �poca que public�, gracias al apoyo de la Academia de Ciencias de C�rdoba, su obra m�s importante "Contribuci�n al conocimiento de los Mam�feros f�siles de la Rep�blica Argentina" que ven�a acompa�ada de un atlas con l�minas con dibujos de su propia mano. Esta obra la escribi� en s�lo 14 meses y le vali� una medalla de oro en la exposici�n universal de Par�s del a�o 1889. Durante ese per�odo de alejamiento y de estrechez econ�mica, public� m�s de la tercera parte del total de sus trabajos.


(*) La primer librer�a, la que era atendida por el propio Ameghino, era una vieja casona ubicada entre Rinc�n y Pasco, luego, cuando Ameghino y su esposa viajaron a C�rdoba, la librer�a se traslad� a la calle Rivadavia, entre Omb� (actual Pasteur) y Azcu�naga y era atendida por su hermano Juan, quien viv�a con su madre.
(**)A la librer�a de La Plata le pone el nombre "Librer�a Rivadavia" y estaba en la calle 60 n�mero 795, es decir en la esquina 11.

Ameghino en edad madura DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL:
Al comenzar el a�o lectivo de 1902, la Facultad de Ciencias F�sico-Matem�ticas de la Universidad provincial de La Plata, "rindi�ndose ante la evidencia (como cita M�rquez Miranda) de la labor extraordinaria de este gran estudioso, resolvi� llamarlo a su seno para confiarle la c�tedra de mineralog�a y geolog�a." Poco despu�s Joaqu�n V. Gonzalez, que era ministro de justicia e instrucci�n p�blica, ofreci� a F. Ameghino el cargo de director del Museo Nacional de Bs. As., el cu�l quedaba vacante luego de la muerte del Dr. Carlos Berg. Estas nominaciones por fin, le dieron el reconocimiento postergado. A partir de all� le llega una lluvia de nombramientos: vocal del primer consejo directivo del Instituto Superior de Agronom�a y Veterinaria de Bs. As., al a�o siguiente, catedr�tico titular de antropolog�a en la Facultad de Filosof�a y Letras que no acepta y en 1906 es nombrado jefe de secci�n y miembro del consejo acad�mico del Museo de La Plata y tambi�n profesor de geolog�a en la Facultad de Ciencias Naturales de esa Universidad. Cabrera describe as� su cargo en el Museo Nacional: "Durante los 9 a�os en que lo desempe��, ingresaron en las colecciones del Museo setenta y un mil objetos, es decir casi ocho mil al a�o, y se publicaron quince vol�menes de los anales, en los que colaboraron los hombres de ciencia m�s distinguidos de la Rep�blica y no pocos de otros pa�ses."

FALLECIMIENTO Y TRANSCENDENCIA:
En el momento de su muerte, Florentino Ameghino se hab�a convertido en un paradigma de la ciencia argentina. Muri� el 6 de agosto de 1811en su domicilio de La Plata, por complicaciones resultantes de una diabetes y su resistencia a ser intervenido quir�rgicamente. Su entierro fue grandioso a pesar que el gobierno no se manifest� a la altura que correspond�a, si lo hicieron las Universidades de La Plata y Bs. As y las sociedades cient�ficas. Sus restos se depositaron en el Pante�n de los Maestros, hicieron uso de la palabra eminentes personalidades de la �poca como E. Holmberg, Victor Mercante, J. B. Ambrosetti, Jos� Ingenieros y otros. Jos� Ingenieros dijo en su discurso de despedida: "Muere en �l la tercera vida ejemplar de nuestra centuria, Sarmiento, inagotable catarata de energ�a en las gloriosas batallas de nuestra emancipaci�n espiritual. Mitre, que alcanz� la santidad de un semidios y fue consejero de los pueblos. Ameghino, preclaro sembrador de altas verdades, cosechadas a filo de hacha en la selva infinita de la naturaleza." "Ten�a que ser un sabio argentino, porque ning�n otro de la superficie terrestre contiene una fauna f�sil comparable a la nuestra; ten�a que ser de nuestro siglo, porque antes le hubiese faltado el asidero de las doctrinas darwinistas que el sirven de fundamento. No pod�a ser antes de ahora, porque el clima intelectual del pa�s no era propicio a la obra antes de que la fecundara el genio de Sarmiento; y ten�a que ser Florentino Ameghino, y ning�n otro hombre de su tiempo, por varias razones. �Qu� otro argentino hemos conocido, que reuniera en tal alto grado su actitud para la observaci�n y el an�lisis, su capacidad para la s�ntesis y la hip�tesis, su resistencia para el enorme esfuerzo prolongado durante tantos a�os, su desinter�s por todas las vanidades que hacen del hombre un funcionario, pero matan al pensador?�" A los tres d�as de su muerte, el Ministerio de Instrucci�n P�blica expidi� un proyecto de ley pidiendo al Poder Legislativo la autorizaci�n para erigir un monumento conmemorativo de Ameghino, en el cu�l citaba "Lleg� de la nada a la cumbre por sus propios esfuerzos". Aunque la ley fue aprobada con unanimidad, el monumento nunca se construy�. Otro proyecto fue el presentado por Francisco P. Moreno, que era diputado nacional por ese entonces, el 23 de agosto, a pocos d�as de la muerte de Ameghino, pidi� a la Honorable C�mara que autorizase al Poder Ejecutivo a adquirir la Biblioteca, manuscritos y colecciones para el Museo Nacional. Proyecto �ste que tampoco se llev� a cabo.Busto de Florentino Ameghino El homenaje m�s importante que le podemos hacer es seguir sus pasos y su ejemplo: (Citando a J. Frenguelli) "�con su obra y su vida �ntegramente consagrada a ideales puros, parece repetir: Que vuestra gu�a sea la curiosidad inextinguible de saber. Ella os indicar� la ruta, pero no siempre bastar� a salvaros de los escollos de que est� sembrado el �spero camino. Si incurrierais en el error, no tem�is a los reproches y el escarnio de los t�midos�Recordaos que la historia es ben�vola para qui�n, despu�s de las derrotas, consigue una victoria; pero siempre condena al olvido al cr�tico infecundo� "



"Su pupila supo ver en la noche, antes de que amaneciera para todos"
J. Ingenieros

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